La política y el mundial de fútbol: Esa mancha que no se borra
Hay algo que
todo presidente desea tener en la historia de su mandato. Se preguntarán ¿Pobreza
cero, educación y empleo pleno? Puede ser, pero hay algo más “importante” que
todo mandatario quiere tener, y eso es, una consagración en la copa del mundo
durante su gestión.
Durante el
gobierno de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, cuando se perdió la
final del mundo, las redes sociales se inundaron de memes tildándola de “mufa”
debido a los resultados “negativos” de la selección durante su gestión.
Muchos
recuerdan que uno de nuestros campeonatos mundiales ganados fue durante el
gobierno de Raul Alfonsín y eso no es de poca trascendencia. Cabe destacar que
con el hecho de jugar el mundial ya se tapan muchísimas cosas de la política
durante un tiempo; imagínense si se logra ser campeón del mundo, la “resaca”
post mundial duraría mucho tiempo más. Es por eso que el presidente Mauricio
Macri (en tiempos de crisis económica, social y política) se juega más que un
simple resultado, se juega ser recordado como el tercer presidente de la Argentina con una copa del mundo sobre su
mandato.
Para ser mas
claros del efecto que tiene la copa del mundo (en especial en nuestro país), retrotraigámonos
a Junio de 1978, plena dictadura sobre el país, con accionares de los más
salvajes en la historia de nuestra Nación y ¿Qué sentía la mayoría del pueblo?
Alegría, un fuerte sentimiento de nacionalismo y por sobre todo 0% de inquietud
sobre lo que pasaba en las calles y centros clandestinos de nuestro país.
"Si la clase trabajadora supiera de política igual que de fútbol sería invencible"
"Si la clase trabajadora supiera de política igual que de fútbol sería invencible"
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