Ustedes hartaron a la sociedad argentina

Lo que vive hace 40 años nuestro país tiene una consecuencia visible hoy en día. Hay que decirlo, no hay que ocultarlo, parte de los sectores políticos, sindicales, religiosos y empresariales predispusieron a un sector importante de la sociedad argentina que esté dispuesta a acompañar a una opción que ya anticipa que está dispuesta a gobernar sin leyes, con prescindencia del parlamento y en base a decretos de necesidad de urgencia. Si la culpa es de todos, la culpa no es de nadie.

Manosearon tanto el parlamente que ya no parla, que sus micrófonos no hacen ruido, que los taquígrafos casi que no tienen que escribir, con presupuestos tratados que ya presuponen poco y nada, con bancas legislativas que cada vez bancan menos. Shows electorales que fabrican escenarios y teatralización de la candidatura a presidente, junto con el ministro de economía de la nación que fue conformando un caldo de cultivo para que un importante sector de la sociedad esté dispuest a acompañar a una opción que anticipa que de llegar, está dispuesta a dinamitar el parlamento argentino.

Tanto han hartado a la sociedad argentina con trabas, con burocracias, con instrucciones soviéticas, con tasas, con impuestos, con cuevas alas que uno tiene que acudir para que le otorguen un permiso de importación y pueda continuar con su actividad productiva, que un sector de la sociedad se muestra predispuesto a acompañar una opción que, lisa y llanamente propone una desprotección total  y absoluta de las industrias y de los comercios en la Argentina.

Tal fue el alineamiento internacional espurio en base a intereses ideológicos  e intereses de impunidad con países como Rusia, Ecuador, Bolivia, Cuba, que generaron que un sector de la sociedad esté dispuesto a acompañar una reacción que vuelve a ofrecernos un alineamineto bobo y unilateral con Estados Unidos e Israel, desconociendo la importancia de nuestros principales destinatarios comerciales como es Brasil o como es China.

Tanto han hartado a la sociedad argentina, descuidandola en su seguridad con ideas zafaronianas, liberando delincuentes en plena pandemia, queriendo demostrarnos que la delincuencia es hija de la falta de contención, de amor, es hija de la marginalidad, de la pobreza, como si no lo supieramos. Tratando de la misma manera al que delinque que al que no delinque, que de pronto predispusieron a un sector de la sociedad a que considere que pueda ser oportuno una solución que propone que puedas comprar un revólver o una ametralladora en la caja de un supermercado o en la alfombra de una tienda popular.

Tanto es que han estropeado y han hartado a la sociedad argentina con la educación pública incumpliendo los días de clase, divorciando la educación de sus objetivos comerciales y productivos , atacando la preparación académica de los contenidos enseñados que ahora hay un sector importante de la sociedad que está dispuesta a rifar en un casino una inexperimentada opción que propone para la educación de la República Argentina, prácticamente lo mismo que una tarjeta de regalo en un shopping.

Tanto violentaron las agendas, tanto las ideologizaron, a todas, a las de género, comprando penes de madera, choreandose la plata con vaselina que ahora de pronto hay un sector de la sociedad que está dispuesto a acompañar a una opción que prácticamente desconoce, que sigue existiendo una agenda muy frondosa para lograr la equiparación entre el hombre y la mujer a la altura de los tiempos.

Es tal el hartazgo que han producido, que el kirchnerismo perdido por perdido, han construido la frustración, han construido el hartazgo y han decidido construir su adversario. Lo han financiado, le han armado las listas, pero lo más importante que han hecho, le han construido su razón de ser argumental. Están plenamente convencidos que del triunfo de la reacción en el extremo de su populismo, seguramente encontrará al peronismo a la vuelta de la esquina en las riendas del poder del estado argentino.

Porque al fin y al cabo el triunfo de Cristina Fernández de Kirchner, es ni más ni menos que el triunfo de Javier Milei.

«La injusticia en cualquier parte, es una amenaza a la justicia en todas partes»-Martin Luther King.

Llegaste al final de esta nota y te habras dado cuenta o no, que esto no lo escribí yo, pero eso no es lo más importante. Lo más importante es que al fin y al cabo, lo escrito es realidad.